Gerardo Romano reveló que fue víctima de abuso sexual a los 12 años
Tras conocerse la detención del exganador de Gran Hermano, Marcelo Corazza, por «corrupción de menores» y la denuncia contra el artista, Jey Mammon por abuso sexual, un reconocido actor confesó que sufrió esa situación cuando tenía 12 años.
Se trata de Gerardo Romano, quien contó que fue abusado sexualmente. Además, de relatar el hecho en sí, explicó cómo hizo para «curarse» y poder seguir adelante con su vida.
Hoy en en ciclo «Mañanísima» conducido por Carmen Barbieri, el actor expresó: «No lo conté en su momento siendo chico, pero hace unos años lo conté, me curé, y puedo hablar de todo sin problemas».
En ese sentido, precisó: «Hice un proceso de deconstrucción, una palabra que inventó un filósofo francés, en la que habla de que todo lo que va conformando nuestra personalidad» y agregó: «Después, se puede hacer el desmontaje de por qué somos como somos, por qué nos manejamos como nos manejamos».
El artista hizo hincapié en que «lo importante es educar y aleccionar a los chicos, no tener una cuestión oscura, impenetrable» porque «el cuerpo es algo prohibido, un tabú, no se puede tocar, todo es pecado».
«Y entonces uno queda envuelto en un mar de dudas cuando podría tener las respuestas antes, y cuando llega el momento no deseado, con un abusador, saber dónde está parado, qué está bien y qué está mal, y cómo reacciona», remarcó.
Ante ese panorama, subrayó: «Cuando en un colectivo te entra a manosear un tipo sin tu consentimiento, ahí no hay ley, no hay ningún cartel que diga: ‘Tranquilo que esto es ley, el señor que te está tocando el miembro está equivocado’. Pero vos después, ¿a quién le contás la historia?«.
Respecto a si pudo contarle del abuso a algún miembro de su familia, Romano manifestó: «No me acuerdo», pero «no creo haberlo contado».
«Cuando estaba en condiciones de contarlo, ya no me importaba, ya era un adulto», afirmó y explicó: «Yo era chiquito. Me fue a buscar al colegio. Salí con un amiguito que se llamaba Marcelo; miré y estaba en la vereda de enfrente».
«Me saludó con una inclinación de cabeza sutil y empecé a caminar y me empezó a seguir», detalló y recalcó que «en esa época tomaba el trolebús para ir hasta Santa Fe y Austria». «Tendría 12 o 13 años», agregó.
Al día siguiente, «volvió a aparecer y a seguirme», aseveró y detalló: «Caminaba por Libertad hasta Santa Fe, por Santa Fe a Paraná, y por Paraná hasta Arenales; volví por Arenales hasta el centro, caminaba a toda velocidad para escaparme, para que me perdiera de vista«.» Hasta que empiezo a transpirar, agitarme, asustarme, me doy vuelta y veo que viene a 20 o 30 metros con una sonrisa macabra«, remarcó.
«De repente veo que vienen por mi vereda dos policías de uniforme caminando hacia mí y me agarro de ellos, los abrazo y me pongo a llorar«, relató y añadió: «Les cuento lo que me pasa y cuando preguntan cuál era el tipo lo señalo; estaba caminado como para Retiro. La policía lo agarra de cuatro zancos, lo dieron vuelta, le doblaron un brazo y les digo: ‘No era él, perdón, me equivoqué’, en el susto señalé a otro«.